lunes, 3 de marzo de 2014

Migración y movilidad territorial.

            La migración y la movilidad son fenómenos que han adquirido diferentes modalidades a lo largo de la historia reciente. A continuación se va a proceder al análisis de las que pueden resultar más interesantes de cara a este proyecto, y se va a generar el debate entre las diferentes vertientes que considero principales: las sistemáticas defendidas por las Teorías económicas y las explicaciones dadas por los defensores de las Dinámicas rurales contemporáneas.


Teorías económicas de la migración y movilidad

            De acuerdo con esta interpretación, la migración se constituye en base a un mecanismo de equilibrios económicos territoriales entre lugares emisores pobres y atrasados, y lugares receptores ricos. En base a unos mecanismos de expulsión-atracción, el individuo en búsqueda de la maximización de sus ingresos, se comportará de manera racional comparando los ingresos en el lugar de origen con los del lugar de destino (Cruz n.d.).
            De esta manera, se espera que los flujos se dirijan desde los lugares pobres hacia los lugares más desarrollados y los desequilibrios desaparezcan (como si de un ajuste de la oferta y demanda se tratara). Según este planteamiento, la migración cesará sólo cuando las situaciones entre ambas áreas se equilibren.
            Pero estas teorías basadas en la expulsión-atracción caen en un reduccionismo económico al no tener en cuenta el contexto histórico y social. La migración aparece como una elección guiada por una racionalidad, supuestamente ahistórica y universal, y válida en cualquier época y cultura. De esta forma se comete un error obviando un fenómeno eminentemente social, sin lograr abarcar su verdadera complejidad, sin dar cuenta de sus verdaderos fundamentos sociales.
           

Migración y dinámicas rurales contemporáneas

            Por estas razones, nos tendríamos que preguntar qué motiva a los individuos a cambiar de lugar, más allá de las explicaciones materialistas. Y para ello resulta útil realizar una mirada reciente y en el otro sentido: el retorno al origen.
            En este retorno, además de las razones prácticas y económicas, influye sin duda un aspecto psicológico: volver es un sueño perseguido, un anhelo de reencontrarse. La memoria juega un papel fundamental en este fenómeno de regreso que, en algunos países de Occidente, se está convirtiendo en una práctica bastante común.
            Frente a las consideraciones peyorativas hacia el campo que motivaron en su época el abandono y despoblación rural, el creciente interés por esta nueva relación con el entorno rural desvela la desilusión de la vida urbana y el desencanto de los urbanitas. Una huida de la urbe agobiante y tediosa en la que encontramos tres modalidades:
            La primera de ellas es el movimiento neo-rural, término acuñado por Monclús (Álvaréz, 2013) para designar a aquellos grupos de personas que por decisión propia abandonan la ciudad. Buscan establecerse en un entorno rural con la intención de alejarse de todo aquello que suponen los valores de la vida urbana desde el punto de vista económico y social. Llegan al campo con la idea de establecer un proyecto de vida comunitario en el medio natural y conseguir una buena calidad de vida en base él.
            Pero aparece un segundo caso, el cual no siempre posee una convicción ideológica o filosófica que motive la opción tomada. Son aquellos individuos que se vieron forzados a instalarse en áreas periurbanas ante la inaccesibilidad del espacio urbano (por ejemplo, por el coste de la vivienda), lo cual más que en una recuperación del campo, se traduce en una ramificación de la ciudad, en una expansión de la urbe que se convierte así en "ciudad dispersa o difusa" (Monclús, citado en Álvaréz, 2013).
            En tercer lugar están los pertenecientes a sectores sociales académicamente preparados, o profesionales con un poder adquisitivo medio-alto, que buscan instalarse en el campo y crear un modo de vida distinto del que se impone a través del sistema socio-económico predominante. Este hecho genera cambios en la estructura económica del campo, el vaciado de las funciones agrarias tradicionales o su urbanización. Lo cual induce a un peligroso proceso de gentrificación del medio rural. (Nates & Raymond, 2007)
            Lo expuesto anteriormente nos permite comprobar que, lejos de desaparecer, lo que en otro tiempo se llamaban migraciones alternativas o utópicas siguen expresándose bajo otras formas. Es significativo observar cómo ahora el campo representa los valores de vida en libertad que en otro tiempo tuvo la ciudad. El campo, en términos de atracción, sigue suscitando ilusiones en el imaginario social.


ÁLVAREZ, Óscar Fernández. Entre la evasión y la nostalgia. Estrategias de la neoruralidad desde la economía social. Gazeta de Antropología, 2013, vol. 29, no 2.

CRUZ, Ramiro A. Flores. La discusión en torno a la migración y la movilidad territorial de la población. Instituto de Investigaciones Gino Germani Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Buenos Aires, n.d.

NATES, Beatriz; RAYMOND, Stéphanie. Buscando la naturaleza. Migración y dinámicas rurales contemporáneas. Barcelona: Anthropos, 2007.

VIANA, Luis Díaz. El regreso a la propia tierra: problemas, estrategias y dinámicas de la neorruralidad. Quaderns de la Mediterrània= Cuadernos del Mediterráneo, 2011, no 16, p. 231-237.

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