lunes, 17 de febrero de 2014

Valentín el Valiente: un relato mítico

                Hubo un tiempo en Europa en el que muchos ciudadanos perdieron su derecho a la vivienda en favor de un capcioso sistema bancario.
         Tiempo atrás, y tras heredar unos terrenos en Lovech, Valentín el Valiente había construido una casa que podía pagar sólo mediante un sacrificado endeudamiento. Así, Valentín pasó una gran parte de su vida trabajando para pagar el hogar de su familia.
         Pero llegó una época de fuerte crisis y Valentín el Valiente perdió su trabajo, por lo que no pudo hacer frente a la hipoteca de su casa entrando en deuda con el banco. Valentín el Valiente acudió al despacho de del director del banco, Pagameo Paga, para pedir clemencia. Pero fue en vano. El desalmado Pagameo le dijo sin inmutarse que no haría excepciones y obligó a Valentín el Valiente a desalojar a su familia y vaciar la casa en tan solo una semana.
         Enfadado e indignado, Valentín pasó varios días desalojando sus pertenencias, pero de repente observó que tenía la posibilidad de demoler la vivienda antes de que los banqueros  se la quitaran, ya que el terreno donde se realizó la construcción era suyo y no estaba incluido en la hipoteca.
         Desesperadamente, pidió ayuda a sus convecinos y la respuesta fue masiva. Con la ayuda del pueblo, demolió la construcción y cargó los restos del edificio en un camión. Se trasladó a la oficina central del banco y entregó las ruinas de la casa a las puertas del despacho de Pagameo, lugar donde se firmó el contrato de la hipoteca.
         Pagameo Paga enfureció y las autoridades enviaron a Valentín a prisión. Su familia se quedó en la calle, teniendo que pagar el resto de la hipoteca al banco y enfrentándose a una fuerte sanción por derribar la casa. Pero con su acción de resistencia Valentín el Valiente pudo salvar un terreno que siempre fue suyo.

¿Por qué me adhiero al mito de Valentín el Valiente?
Este mito habla de temas tan contemporáneos como encontrar fisuras legales, indefiniciones jurídicas... Me adhiero a él porque me permite introdicirme en los límites legales entre construcción e instalación (¿una mobile home sin ruedas es una casa o sigue siendo todavía un artefacto móvil?) y en las maneras de generar añadidos aparantemente ilegales (como hace Santiago Cirujeda).

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